86400 momentos

Que efimera es la vida, un trabajo cansado ha de ser, pues tan solo es dejar pasar el tiempo segundo tras segundo, sin cesar en su tarea.

 

Cada dia ya tiene estimado los segundos de los que contará, 86400 segundos que uno tras uno, distribuidos entre noche y dia, remolonean dejandose acariciar por la dejadez del momento. Segundos que pasan sin que apenas te percates de ello, en el mismo momento en el que piensas en el segundo de vida que estas viviendo, es en este mismo instante en el que deja de ser presente y se convierte ya en parte del pasado.

 

En el mismo momento que escribo, en mi cabeza se hace el futuro de lo escrito, el presente mientras escribo y el pasado se cierne con la ultima letra de la palabra. Esto me da que pensar, ¿en realidad merece la pena pensar en el pasado? ¿Por qué una cosa tan importante como el presente, el vivir, dura tan poco? Es por ello, por lo que no deseo revisar mis pensamientos perdiendo tiempo para otros.

 

Comprar el tiempo, esa sería la ilusión, pero no quizas la solución. ¿Para qué desvirtuar lo que ya es, y lo que ya ha sido? Que el tiempo esté tan limitado, hace que cosas tan insignificantes, de miseros y escasos segundos, ocupen en tu mente el maravilloso espacio del recuerdo.